Una Pastelería en Tokio (2015) de Naomi Kawase

"Una Pastelería en Tokio" (2015) *** muy recomendada

Dirigida por Naomi Kawase
113 minutos

[Cápsula de Maria José Moreno]

LA FRÁGIL BELLEZA DEL CEREZO. El título alude al lugar donde se lleva a cabo la mayor parte de esta historia tan simple como profunda. Lugar donde se cruzan los caminos de tres seres humanos frágiles, diversos y solitarios. En el filme se desnudan los mundos interiores de los tres personajes principales: Sentaro, un hombre conflictuado que dirige una pequeña pastelería de dorayakis (pastelitos rellenos de salsa de frijoles dulces); Tokue, una sabia anciana leprosa con un don especial para la cocina— sobre todo para la elaboración de la pasta de judías que se usan como relleno en los doriyakis; y Wakana, una adolescente introvertida. 

Estos mundos van entretejiéndose a medida que la luz de Tokue irá abriendo y acercando sus almas hacia una filosofía de vida simple, serena y armoniosa que les será contagiada por ella, llevándolos hacia una transformación. La transformación de Tokue, mientras tanto, será la de la vida hacia la muerte, una especie de transformación trascendental en que nace o se reencarna en un cerezo, aquel árbol que cuenta con un protagonismo importante en la película y que además acompaña el proceso de interacción y evolución de los personajes a lo largo de las estaciones. 

El cerezo en flor nos recuerda a la muerte, pero también a la vida. Su florecimiento podría tomarse como una alegoría de la celebración de la vida, efímera y frágil frente a la muerte inminente que puede llegar en cualquier momento como el desprendimiento de sus pétalos.

Sin duda, "Una Pastelería en Tokio" es una película dramática de estructura sencilla a la que se le podría confundir de lastimera y sentimentalista, cuando lo que quiere la directora Naomi Kawase es llegar de manera honesta y eficaz al corazón del espectador para así hablarnos mejor sobre la esencia de la existencia.