miércoles, 20 de enero de 2016

La Ciénaga (2001) de Lucrecia Martel

"La Ciénaga" (2001) *** muy recomendada
Dirigida por Lucrecia Martel
103 minutos


El agua de la piscina está estancada. Los cuerpos tomando sol alrededor de ella son viejos y pesados y se mueven arrastrando los pies como si el calor (y el vino que beben) hubiese ya sofocado su voluntad y sus cerebros. Nos recuerdan a los inmortales de Borges que, desligados de las trampas del paso del tiempo, terminan convertidos en trogloditas sin rumbo ni necesidad de hacer otra cosa que estar hundidos en su propia decadencia. La banda sonora rodea a estos personajes de moscas zumbando ociosamente, perros que no dejan de ladrar y el murmuro de una tormenta que se acerca.

Temáticamente, Martel nos invita a comparar su grotesca visión de una aristocracia en declive con la de Luchino Visconti, aquel italiano que se interesaba también por retratar a opulentas familias que se mantienen aisladas -gracias a su riqueza- de la realidad social del país. En ambos el interés es entendible: Visconti venía de una familia aristocrática (era un duque) y Martel admite que su película es autobiográfica. Podemos forzar otras similitudes— por ejemplo, el título original de “The Damned” es “Der Götterdämmerung” o “La Caída de los Dioses”, frase que evoca a los moribundos monarcas modernos que vemos en “La Ciénaga”.


Uso la palabra ‘monarca’ porque la película también alude a ella: estas son familias incestuosas (sus interacciones están cargadas de una tensión sexual, real u imaginada); déspotas (son crueles con -y absolutamente dependientes de- la gente de color que los atiende); que viven aisladas en su castillo (aunque una escena muestra que esas rejas y garitas que los separan de la plebe pueden ser rápidamente desmanteladas); y rigen su imperio sin estar muy enterado de lo que pasa en él (en este caso es un imperio casi feudal de pimientos exportados). Están tan cómodos en su reino que les causa terror -generado por el uso del espacio en off y la sonorización por la que Martel es famosa- pensar en lo que hay afuera, pensar en lo desconocido. (El final hace eco de esta idea).

Dos mujeres hablan constantemente de un mítico viaje a Bolivia, una suerte de escape que nunca se concreta. Más tarde vemos a una de ellas hablando sola y convenciéndose de que en realidad nunca quiso ir. Por su parte, los niños -llenos de energía- son adoctrinados para ser como sus padres. A lo largo de la película vemos cómo funciona éste proceso y cómo el resto de la familia impide todo intento de detenerlo.Nadie puede salir de donde está. Como la película deja en claro: es difícil nadar en agua estancada.

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