"Magic Mike XXL" (2015) **** obra maestra
Dirigida por Gregory Jacobs
115 min.
[Extracto de Vadim Rizov. Traducción de Críticas en Cápsulas.]
“Magic Mike XXL” es una película que se puede catalogar como “modesta” o “pequeña”— 14.8 millones de presupuesto, rodada en veintiocho días, una road movie sin rumbo con el objetivo de mostrar extensos números musicales, desligándose del tema de la recesión económica en el que estaba interesado la primera película. (Se habla sobre negocios, específicamente los pormenores de dirigir una pequeña empresa, pero este no es un hilo conductor dominante como lo era en “Magic Mike” y otras obras de Soderbergh, como “Erin Brockovich”, “Bubble” y “The Girlfriend Experience”; películas que progresivamente iban leyéndose como meta-textos acerca de sus propios problemas para financiarlas). Mientras que el film original interpolaba secuencias de strip-tease con los ritmos típicamente precisos/obsesivos de Soderbergh, “XXL” está conscientemente diseñada alrededor de múltiples y largas secuencias (casi independientes una a la otra) que celebran su lasciva destreza coreográfica; la comparación que algunos han hecho con los también episódicos musicales de Busby Berkeley es correcta.
Tanto en ejecución y concepción, “Magic Mike XXL” es sorpresivamente progresiva en lo político/social/sexual. Algunos personajes creen en practicar la monogamia y otros no; eso está bien y se comprende, decididamente nunca es un Problema. Los cuerpos receptores de los bailes son de todo tipo, y la película nunca se detiene a felicitarse a sí misma por ser inclusiva (lo que los gringos llaman “body positive”). El personaje de Channing Tatum está bien familiarizado con la cultura drag, ¿y por qué no habría de estarlo?
El leve olor a pánico homofóbico que se forma alrededor de la audiencia -o anti-audiencia- de esta película (un tipo de Kansas me dijo que estaba bien que su mamá y su hermana la vean, pero él no, un punto de vista representativo que no es poco común) es rechazado completamente por el film, cuyo arrecho grupo de heterosexuales normativos tienen muy claro quiénes son, se comportan con honestidad con las mujeres que interactúan con ellos y se sienten cómodos con la fluidez sexual con la que deben presentarse dentro y fuera del escenario. Desde el principio, bromean acerca de cómo en el equipo hay solo una persona de color (“Armenio”/“Argelino”) y, con la ayuda de Jada Pinkett Smith, logran rectificar este desequilibrio demográfico. En su club, una de las clientes responde la pregunta de Donald Glover (“quién eres”) diciendo que su abuela fue la primera mujer negra del estado en abrir una tienda de comestibles, recordándonos que el pasado reciente no ha desaparecido o dejado de ser relevante cuando tu identidad interactúa día a día con una sociedad fracturada por líneas de quiebre todavía ignoradas. En una sola línea, ese anodino detalle niega aquel dictum del racista conservador: “Está en el pasado— ya supéralo”.
Estoy tratando de pensar en otra película reciente de Hollywood que sea así de casualmente progresiva, y todo lo que viene a la mente es “Bulworth”, un mamarracho total de ideales de Antiguo Demócrata siendo vomitados incoherentemente, con tangentes racistas acerca de pollo frito. Pero “Bulworth” dijo que debemos follar y follar hasta que todos seamos del mismo color, y “XXL” pone eso a la práctica. Esta película realmente me conmovió.
No hay comentarios:
Publicar un comentario